La Frase: "Al final del camino me dirán: ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres". Pedro Casaldáliga

lunes, 25 de abril de 2011

Compite como puedas

     Otra desilusión. Después de tantos años oyendo aquello de que lo importante era participar, ahora resulta que era todo mentira. Lo importante es competir. (Ya se veía venir cuando profesionalizaron los Juegos Olímpicos).
      Por supuesto, toda competición es contra alguien y, si los organizadores son listos (nadie lo duda) tiene reglas: aquí nos han dejado claro que el terreno de juego es el nivel horizontal, jamás el vertical, no vaya a ser que la líemos. Es decir: tenemos que competir contra el chino, el indio, el francés, el albaceteño, el vecino; pero, ¡ojo!, contra el trabajador. Los competidores de élite tienen otras reglas.
      Así matan dos pájaros de un tiro: nos convencen de que la culpa de que vivamos peor es nuestra (no damos ni golpe), y consiguen que hagamos más por menos (sí que son listo, sí). Entretanto, nosotros damos las gracias y reconocemos nuestras desmedidas aspiraciones.
Fuente: ITE
      Para vencer hay que ser más productivos (otra cantinela). Resulta curiosa este exigencia en un mundo en el que cada vez importa menos el producto, o sea, el trabajo, y más las finanzas, es decir, la especulación. Tal vez por eso, por la desmedida codicia de los que controlan las segundas, por su insaciable deseo de mejora y superioridad sobre el resto de mortales, es que los trabajadores se ven obligados a producir más cobrando menos. No hay otra forma de que cuadren las cuentas.
      Los Estados, por su parte, que se supone han de buscar favorecer los intereses de la mayoría, han decidido, con arriesgada y genial visión de futuro, aliarse con la minoría, en aras de un mayor interés general por venir.
      Sacrificadas, las grandes empresas aportan su granito de arena: Telefónica pretende dejar colgados a miles de empleados y en Bimbo, a unos cuantos, les van a decir que son tan buenos que han roto el molde.
      No hay que ser, sin embargo, derrotistas. Nuestros políticos, esos esforzados servidores públicos, se ocupan en estos días de un asunto de suma importancia que quizá nos saque del atolladero: las encuestas electorales. Otra competición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario