La Frase: "Al final del camino me dirán: ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres". Pedro Casaldáliga

martes, 5 de abril de 2011

Sálvame la patria que tengo prisa

                A pesar de las pobres notas que los ciudadanos le otorgan en todas las encuestas, Zapatero no repetirá; ni como Presidente (ya lo sabíamos) ni como candidato (lo suponíamos). Su rival más directo tampoco aprueba, pero pretende que le convaliden sus siete años preparando las oposiciones y se le conceda ya la convocatoria de gracia.
                A los salvadores de la patria les ha entrado la prisa. Ni un día más: elecciones ya. No les mueven intereses particulares, sino nacionales: no hay país que aguante el desgobierno de saber que el Presidente no se presentará a la reelección con un año de antelación. Con dos años y dos meses lo anunció Aznar en el XIV Congreso del PP (enero de 2002), pero las circunstancias eran muy otras: aquello era ESPAÑA, y esto son 17 comunidades autónomas a la deriva.
                Es comprensible su turbación: ellos siempre han sido más de dejarlo todo atado y bien atado, no al albur de la turbamulta con sus votos. Un cuaderno azul es estabilidad, firmeza; unas urnas son intranquilidad, desasosiego.
                A los salvadores de la patria un año les parece poco: hablan de interinidad, de vacío de poder. No es de extrañar: su modelo ideal llega casi a los 40 años.
                A los salvadores de la patria un año les parece mucho: esto no aguanta, esto se rompe. Para ser los garantes de la democracia, resulta sospechoso ver como acortan los mandatos de los electores cada vez que están en la oposición. Debe ser que unos votos valen más que otros: unos te dan para gobernar cuatro años; otros sólo hasta que se toque a rebato y te expliquen (didáctica, abrumadoramente), desde todas las perspectivas –y canales- posibles, lo equivocado que estaba el que metió la papeleta en la urna: tanto, que su legitimidad empieza a ponerse en duda (¡viva la democracia!).
                Por suerte, los salvadores de la patria han acometido con éxito la hercúlea tarea de desenmascarar el verdadero rostro de nuestros malvados gobernantes: solo les interesan los votos, su partido, sus intereses. Porque ellos son todo lo contrario, desprendidos bienhechores que solo miran por el bien de España y de su humilde pueblo, es por lo que piden el adelanto de las elecciones generales. Ni un día más de paro, de reforma laboral, de recorte de derechos. Ahora España se rompe; mañana España irá bien. Son estribillos que cíclicamente se repiten.
                Suele decirse que, cuando son inevitables, entre dos males hay que elegir siempre el menor. Mucho me temo que, entre los que nos hunden y los que nos salvan, son todos mayores de edad. También va a ser mala suerte. Habrá que ir pensando en hacer esta dicotomía evitable.

1 comentario:

  1. Estupenda reflexión y fina ironía. Gracias por regalarnos estos pensamientos vistos por un ojo crítico.

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