La Frase: "Al final del camino me dirán: ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres". Pedro Casaldáliga

martes, 10 de mayo de 2011

¡Acampáñame!

RELATO
Estoy en una nube. Aunque no supe nada hasta hace unos días, resulta que soy un hombre importante.
Recibo afectuosas cartas de los principales partidos políticos interesándose por mi situación y asegurándome que con mi apoyo y mi compromiso será posible convertir mi ciudad y Asturias en el paraíso terrenal. ¡Haberlo dicho antes!
Me tratan de vecino, conciudadano, compañero, y no puedo menos que agradecer tan cercana presencia. Voy por la calle, y allí donde antes veía a desalmados vendedores intentando darme gato por liebre con sus productos, ahora encuentro sonrisas y alegres promesas para mejorar mi calidad de vida.
La suerte me acompaña. Ayer mismo, por teléfono, he conocido a alguien. Sin duda se trata de una mujer muy atractiva (es sabido que la voz no engaña). Comenzamos a hablar y conectamos enseguida, aunque, si lo pienso, me parece que yo sé poco de ella y ella sabe a quién voy a votar, las notas que les otorgo a los políticos autonómicos y nacionales, y hasta mis gustos en materia de cascos. No crean que abro mi corazón a la primera oportunidad, pero me parece que tengo posibilidades.
Desde entonces, espero con ansiedad su rellamada. Soy tan feliz que, cuando camino por la ciudad, en lugar de los habituales ruidos del tráfico y la gente, ¡oigo música! Bellísimas melodías que vienen y van, apenas interrumpidas por rapsodas que recitan letras esperanzadoramente sublimes, transportándome a un mundo de fantasía que jamás imaginé que existiera.
Consciente de mi nuevo estatus, le he explicado el caso a mi jefe, exigiéndole un aumento de sueldo que nivele mi recién adquirido papel en la sociedad con mi economía. Como se ha reído en mi cara, me he despedido con una firmeza de la que no me creía capaz hace sólo unos días. Mientras bajaba las escaleras, me gritó en tono amenazante que ya volvería el 23 de mayo. No he entendido su alusión, pero me parece que se trataba de una bravata.
Entusiasmado, trabajo en un plan de soterración de las vías de mi ciudad y en la construcción de un centro cívico. Podría mandar mi proyecto a todos los candidatos, pero es mejor esperar a que haya un ganador; sea quien sea, no creo que rechace mi propuesta, a juzgar por la alta estima en que me tienen.
Mis amigos y familiares me encuentran últimamente “muy crecido”, pero yo les he tranquilizado: el poder no me va a cambiar.
                             
Foto: Francisco Javier Martínez Adrados (Fuente: ITE)

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